La marihuana contiene más de 60 sustancias diferentes que se conocen como cannabinoides y el THC es el único psicoactivo.
Las relaciones sinérgicas entre los diferentes cannabinoides es lo que le dá ese valor terapéutico a la planta del cannabis.
Puesto que los cannabinoides son liposolubles, van del cerebro al sistema nervioso y de allí a los órganos sin dejar huella en nuestra materia gris.
Los humanos disponemos por naturaleza de receptores de cannabinoides y de THC en el cerebro.
Estos receptores están situados en áreas del cerebro que controlan la memoria, el aprendizaje, el dolor, las náuseas y la psicomotrocidad, lo que explica el porqué de algunos de sus efectos y nos proporciona pistas sobre sus virtudes terapéuticas.
Ninguno de estos receptores se encuentra en zonas del cerebro que controlan la respiración o el ritmo cardíaco. Es por ello que se considera una sustancia poco peligrosa para el consumo humano.
En 1992 se identificó la primera de una familia de moléculas cerebrales naturales que enlazan con los receptores mencionados. Sus descubridores las llamaron
anandamida, que en sánscrito significa "dicha eterna".
Así pues, nuestro cerebro cuenta con la infraestructura (receptores cerebrales) y los canales (moléculas) que nos permiten asimilar el cannabis.
El primer neuroregeneradorSegún estudios publicados en la
Revista The Lancet, uno de los componentes del cannabis podría tener la capacidad de regenerar las neuronas (las únicas células del cuerpo humano que no se regeneran solas).
La primera fase de las investigaciones concluye que el
dexanabinol podría frenar la extensión de los daños neuronales que se producen por un traumatismo.
Actúa bloqueando el glutamato que daña las neuronas, así como los tóxicos peróxidos e hidróxidos.
La acción antiinflamatoria propia del cannabis, actuaría también en el cerebro y detendría el proceso que puede llevar a las neuronas a la muerte.
Además algunos endocannabinoides como la
anandamina han mostrado su efecto neuroprotector, lo que lleva a pensar que podría tener utilidad en el tratamiento de la enfermedad del
Alzheimer.
Todos estos datos alientan posturas contrarias a las atribuidas popularmente a la marihuana: como la pérdida de memoria.
Un estudio canadiense ahonda en ese sentido: parece que el consumo regular de cannabis provocaría una capacidad adicional de regeneración neuronal, concretamente en el hipocampo, zona del cerebro vinculada con la memoria y los procesos cognitivos.
Los investigadores trabajaron en ratas con el cannabinoide sintético HU210, y concluyeron que "el cannabis es la única droga ilegal capaz de producir un incremento en las neuronas, lo que se relaciona positivamente con su efecto ansiolítico y depresivo.
Fragmento tomado del libro "Cómo cura el Cannabis" de
Elisabet Riera.
El caracter prohibido de la marihuana viene frenando que se realicen más estudios sobre su valor medicinal. Se trata de la Medicina Prohibida.
